Las bergogliadas, realmente causan pena y lástima, como afirmó Robert Spaemann, se está frente a un Obispado de Roma, autocrático y caótico. Autocrático, pues se basa en la persona de Bergoglio, y caótico, pues no sigue ninguna doctrina, excepto la suya propia.
Así lo da a entender el Denzinger-Bergoglio...
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