Calesita

viernes, 23 de octubre de 2015

La Crisis del Espanto


¿Por qué el horror? Porque todo el edificio de la santa, mística e intelectual, historia de la Iglesia Católica Romana se ve como si estuviese a punto de ser demolido. 1
Así se expresa un artículo de The Remnant, firmado por Michael J. Matt & Tomás Moro. Y es que esta crisis de la Iglesia hace temblar, no solo su estructura, sino la Fe de sus fieles.
Vivimos en plena crisis, el término es de origen griego, y dentro de dicha lengua clásica, lleva implícita la idea de un juicio. La crisis existe para juzgar, en este caso no las personas, sino las ideas que llevan a determinados comportamientos.
Cuando una mujer le dice a Bergoglio en sus propias narices, que en este mundo, el mal proviene del pecado y no de la disparidad de ingresos ni del ‘cambio climático', sin que este falso Papa muestre un rasgo de vergüenza, cosa que le es totalmente ajena; estamos ante un juicio dentro de esta crisis.
Como dice The Remnant esto muestra el grado de estupidez y el grado de fundamentalismo modernista que está siendo perpetrado en la misma Roma.
Las eras de crisis son necesarias, para poder comprobar donde se encuentra el cáncer y poder extirparlo.
Como en toda crisis, ruedan los escándalos, ahora en el Vaticano. En esta semana se agrega otro dato, ciertos sacerdotes en Roma, pagan por los servicios de la prostitución masculina. Como dice el autor de la nota: Escándalos tras escándalos. Nadie duda que las cosas estén mal, que hasta Bergoglio sale a “pedir perdón”. Pero este perdón queda diluido, porque:
Es difícil creer que él se está disculpando por los pecados involucrados, cuando parece haber desarrollado la nueva teología de la misericordia, la cual realmente ya no reconoce el pecado. 2
A todo esto, la crisis nos muestra otras caras, que revelan la ignorancia supina, ya no del presbiterado, sino de los mismos cardenales.
Algunos de ellos no pasarían un simple examen de filosofía, como el cardenal Cupich de Chicago, miembro de honor, invitado al Sínodo, quien desarrolla toda una novedosa teoría del concienticismo donde se da vía libre al liberalismo moral, incrustado en la sacramentalidad de la iglesia, cuyo porte se puede ver a continuación.
O tal vez, sería útil releer la ignorancia calamitosa, ahora del cardenal panameño José Luis Lacunza, quien propone dejar atrás la doctrina de Jesucristo y volver a las leyes de Moisés para admitir el divorcio. Cardenal que no pasaría un examen elemental de teología.
Pero todo tiene su lógica: todos estos personajes son necesarios en este sínodo, como simples idiotas útiles, misión a la que parecen estar llamados sin mayores complicaciones, por una intelligentsia jerárquica realmente nefasta.
Si esta fuese la iglesia durante la era de los emperadores antoninos o durante el imperio de Diocleciano, no sería perseguida, pues ha perdido una de las causas por la cuales se la prohibía, la misantropía; pues el catolicismo exige restaurar la naturaleza humana, con la regeneración. Por el contrario, esta iglesia es benigna, y condescendiente, no como la de los primeros siglos de la iglesia. Ahora nuestros jerarcas se preguntan, ¿para qué re-generarse?, vivamos así, en pecado, eso sí, con la conciencia sin reproches y poniendo la comunión en la mano de quien sea.
Luego se dice que la doctrina es la misma, ¿cómo puede ser la misma si las acciones son distintas? ¿De qué sirve que Jesucristo haya muerto por restaurar la naturaleza humana, si se debe ser condescendientes (misericordiosos en el léxico bergogliano) con la vieja naturaleza?
Y para agregarle la frutilla a esta hermoso postre de octubre, reaparecen los rumores, con trasfondo real y virtualmente escrito, que se descentralizaría la cuestión doctrinaria en la Iglesia. A nadie debe resultarle extraño la proposición, siendo Bergoglio un buen neo-joaquinista, donde las doctrinas son vulgares ideas abstractas que en nada mueven los hechos, y como afirmaba el difunto Tony Palmer, su amigo anglicano, el Espíritu Santo ya nos dirá en lo que debemos creer (!).
Dentro de todo este panorama, surge la noticia que Bergoglio estaría afectado por un tumor cerebral. Si la noticia es cierta, su vocero sale para hacer lo de otras veces: diluir la información; y si esta noticia es falsa, arrojada en medio de este panorama, solo responde a una velada amenaza.
La línea de “los 13 cardenales” que firmaron la carta cuestionando la metodología del sínodo, fue calificada por el The Remnat como la línea Maginot, una costosa defensa francesa para retener la invasión alemana, que no sirvió de nada. Esta metáfora se aplicó para los cardenales que defienden la doctrina milenaria católica, por su posición defensiva; pero muchos progresistas están en el ataque llano y dispuestos a no volverse del sínodo con las manos vacías: han invertido mucho tiempo, dinero y esfuerzo. No les es grato volverse de la misma manera en la que fueron; y si esto sucede, la vida de Bergoglio, quien ha tomado todas las riendas, por esta posible amenaza, vemos que estará en juego.
Como lo vemos en la fotografía, las sombras de estas tinieblas, ya casi lo cubren todo.

1 The Remnant. Tuesday, October 20, 2015. The “Synod on the Family” and the Fate of the Church Featured. Written by Michael J. Matt & Thomas More http://remnantnewspaper.com/web/index.php/articles/item/2108-the-synod-on-the-family-and-the-fate-of-the-church
2 Ibídem.

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