Calesita

viernes, 24 de marzo de 2017

Los sofistas de esta iglesia

Sofisma es un argumento falso que pretende ser verdad. Es un argumento que se parece a la verdad, pero no lo es. Es el oropel a la verdad del oro.
Así son muchos argumentos de hoy. La revolución vaticana necesita urgentemente predicadores que demuestren esta diabólica apariencia de verdad. Esta revolución necesita un Dantón o un Marat que demuestren a este clero entrado en la somnolencia de sus vidas, que Bergoglio es el profeta inspirado por Dios para reinventar la iglesia. Para este reinvento se ideó este papado esperpéntico.
Esta revolución vaticana necesita un Trotsky que dialogue con la masa clerical rebelde, para que se vuelque de lleno a la brillante gestión de Francisco; pues la masa clerical que está achatada en una obediencia obsecuente mañana hará lo que le dicen hoy, así sea distinto de lo que hicieron ayer.
¿Existen estos brillantes oradores? Por mi parte no conozco ninguno. Sí aparecen muchos que ensayan el oficio.
Hoy la oratoria puso todo su empeño en sacar al pobre Francisco del corral en que él mismo se metió con Los Amores de Leticia.
Así aparecieron algunos con amenazas; pero estos no son oradores, como no lo son en su mayoría los clérigos. En general, hablan todos los domingos, pero desconocen el índice de la oratoria; por ello oímos homilía huecas, reiteradas, constatamos sin dificultad que no han hecho un plan previo de preparación: sin exordio, sin peroración; o lo que es peor, dan vueltas sobre lo mismo, porque no saben como finalizar. Hay homilías, la cuales parecen que se hacen para la tortura del asistente.
El traje de Dantón o de Trotsky les queda grande a estos minúsculos clérigos, en su mayoría leguleyos y faltos de espiritualidad, muchos repiten lo que otro clérigo les dice que deben pensar; sin mencionar aquellos sumidos en monstruosos vicios, podridos por dentro y salvadores por fuera.
Existe dentro del cristianismo una doctrina que es inamovible, es el dogma. Toda consecuencia que supuestamente procede del dogma, es materia opinable. Cuando me dicen que las encíclicas son enseñanzas ...que si bien no están garantizadas por el carisma de la infalibilidad, no están desprovistas de asistencia divina, y requieren una adhesión de los fieles (n. 17); nos preguntamos, ¿qué asistencia divina es esta, que ni siquiera garantiza la ausencia del error? Sofisma. Parece oro, pero es oropel. ¿Quién escribió esto? El gran reformador del papado, Joseph Ratzinger. 1
Lo peor es imponer estos escritos opinables diciendo que es obligatoria la adhesión de los fieles; pues en este caso lo opinable, ipso facto se transformó en dogmático.
Este es camino emprendido por el sofista Salvador Pié-Ninoit, para quien no se puede disentir del libelo de Los Amores de Leticia. 2
¿Cómo no se puede disentir, si se hace todo lo opuesto de lo que se venía haciendo? Aquí los revolucionarios estrujan su cerebro, y requieren de un Zenón de Elea que por paradojas o por lo que sea, nos demuestren de una u otra forma que Aquiles nunca podrá alcanzar a la tortuga; que nos demuestre, que el reinvento bergogliano es espíritu santo puro.
Este es un mal endémico en quien comete un error al razonar, o tal vez por mala voluntad.
Por su parte nos enteramos por Andreas Englisch, vaticanista alemán, bergogliano, que el gran reformador del papado, Benedicto XVI y el reinventor Francisco, ya no se hablan, luego de haber discutido. Así lo afirmó en una conferencia de prensa el 16 de marzo pasado en Limburg. Según Andreas esto habría sucedido hace tiempo, de allí que el Papa Benedicto hace lo posible por desaparecer de escena, mientras que el “papa” Francisco lo incluye a la fuerza. La amistad que muestran sería toda una farsa for export. Es que es difícil entablar amistad con un energúmeno.
Más aún, English admite lo que siempre hemos sospechado, que distintas fuerzas de la iglesia presionaron a Benedicto XVI para dimitir al papado. Aquí los pensadores se preguntan donde está la línea divisoria entre presionar y coaccionar. El artículo puede leerse en italiano desde este link.
Y mientras el Aquiles Bergoglio corre de un lado al otro de los puntos cardinales, no puede sobrepasar la tortuga de la Iglesia en su dogma tradicional.


1 Donum veritatis, n. 17.
2 Osservatore Romano. Cfr. http://www.osservatoreromano.va/vaticanresources/pdf/QUO_2017_063_1703.pdf

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