Calesita

domingo, 10 de septiembre de 2017

Conspiración previa al Cónclave de 2013


Aún existen católicos que piensan que el acceso de Bergoglio a la silla de Pedro fue por obra y gracia del Espíritu Santo.
Catherine Pepinster en su libro próximo a salir, titulado The Keys and the Kingdom, Las Llaves y el Reino, sacude esta concepción. La autora hace una reseña de los acontecimientos operados en Inglaterra desde Juan Pablo II hasta Bergoglio, según indica el subtítulo de la obra.
De acuerdo con la investigación de Pepinster, el cardenal inglés Murphy O'Connor, realizó reuniones previas al cónclave con otros cardenales en Roma, para presentar la candidatura de Bergoglio al papado.
Este tipo de maniobras está terminantemente prohibido por los cánones en vigencia; como se ve, quienes iban a San Galo para hacer “ejercicios espirituales”, hicieron caso omiso a todo orden en tal aspecto. La razón es simple, estaban conspirando.
Tomamos la información desde Como vara de almendro, donde puedeleerse el artículo completo desde este enlace.
Tan solo deseo comentar algunos párrafos. Dice Marco Tosatti:
El cuadro de la elección de Bergoglio asume, por tanto, más y más la forma de algo preparado durante mucho tiempo.
Personalmente confirmo esta opinión, cuando Bergoglio se presentó de incógnito en un lugar de apariciones, le dijo a la mística en cuestión:
El día que yo tenga un cargo, esto te lo cierro.
¿A qué cargo aspiraba Bergoglio ya en 2002, si era cardenal? Pues muy simple, aspiraba al papado, ¿qué otro cargo podía tener?
¿Esta fue la forma de inspirar, elegida por el Espíritu Santo para la elección del papa activo como complemento del papa pasivo o Dasein, Benedicto XVI? Si la respuesta es afirmativa, observamos un Espíritu Santo actuando contra los cánones, y como diría un ignorante, ¡esto es soplar fuerte!
Es que a los conspiradores poco les importó la santidad o sacralidad del acontecimiento, tan solo vieron la forma de imponer su programa mundano, a saber: llevar la eucaristía a los divorciados vueltos a casar, la contracepción, los “viri probati”, y el diaconado femenino como paso previo al sacerdocio de mujeres. Lo cual es indicio que si las acciones cambian, es porque la doctrina es otra. De esta manera, pensando como Martini, otro gran conspirador, se podía salir de algún modo del atraso de la Iglesia, que según este obispo milanés, llevaba al menos 200 años.
¿O acaso el Espíritu Santo se cansó de esta Iglesia, y contra todas sus normas decidió actuar ex profeso contra ella, apuntalando la mafia de San Galo?
Esta banda de conspiradores, según Tosatti, con las reuniones previas logró un quorum respetable, así...
...al grupo de cabildeo y presión anglo-belga-alemán se le unió después América Latina,...
Ya Bergoglio había elaborado en Brasil su candidatura durante la V Conferencia General del CELAM en 2007, con su famoso Documento de Aparecida. Desde entonces, Jorgito pisaba fuerte en Sudamérica.
Y nuevamente este Espíritu parece inteligente, pues estos revolucionarios de San Galo, idearon una maniobra para no mostrar las cartas al resto de los cardenales, tal como hacen los tahúres en el póker:
De allí nace la idea de “inventar” la posible candidatura del card. Scherer, como una pantalla para el caballo real, Bergoglio, que luego encontró el sorprendente apoyo del card. Tarcisio Bertone, Secretario de Estado (lamentablemente) de Benedicto XVI.
Nuevamente hallamos en escena al salesiano Bertone, hombre que pretendió anunciar el tercer secreto de Fátima, distorcionando su contenido; y sus amigos, siguieron expandiendo la candidatura propuesta, tal como se hace en los pasillos políticos de una mundana cámara de representantes.
Todo un plan conspirativo, bien planeado, bien ejecutado y sobretodo, lleno de éxitos. El último paso consistirá en sacralizar esta conspiración revolucionaria y presentarla a la masa de los fieles como una sorprendente acción del Espíritu Santo.
¡Por favor bergoglianos!, ya no les queda espacio para invocar la autoridad de Bergoglio como representante de Jesucristo, y la lógica en este caso es implacable: si la autoridad de Bergogio no nace de Jesucsristo, brota de su enemigo, Lucifer, quien accedió de alguna manera hasta la silla de Pedro, como el rayo que cayó sobre el cupolone, el día de la renuncia al papado activo de Benedicto XVI.
Ya no se trata de dilucidar si Francisco es hereje u ortodoxo. Ya no se trata de discernir si Bergoglio es Papa, antipapa u Obispo de Roma; ahora se trata simplemente de ver la acción destructiva de Lucifer dentro de la Iglesia, con su plan de ponerla patas para arriba.
Aquí se observa lo que indicamos en otro artículo. Una cosa es la iglesia real, aquella que se une a Jesucristo, y otra cosa es la iglesia formal, aquella que se une a los hombres y como hombres, llenos de imperfecciones y pecados, donde nos cuesta encontrar algo de santidad.
Como dice el Salmo 80:
Pero mi pueblo no escuchó mi voz, * Israel no quiso obedecer:
Los entregué a su corazón obstinado, * para que anduviesen según sus antojos.



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