La
Iglesia en estos momentos se parece a un volcán, muy tranquilo por
fuera, pero por dentro está en plena ebullición, como si fuera una
botella de champaña, cualquier sacudida fuerte puede hacer saltar el
corcho, y allí se podrá ver que es un volcán en plena erupción.
Hoy,
tan solo pueden verse grietas de las cuales comienza a salir la lava
de la verdad oculta.
Así
vemos como tres obispos de Kazajistán se oponen al antimagisterio de
Bergoglio, provocando otra grieta del volcán, donde dos obispos
italianos se plegaron agrandando la abertura.
Lógicamente
esto provocó una de las tantas rabietas de Bergoglio, como aquellas
que sufría el Führer alemán cuando las cosas no salían a su gusto.
Y no es para menos, si el ejemplo arrastra, como la adhesión de
Janis Pujats, arzobispo metropolita de Riga en Letonia, y la del
obispo de Salisburgo, Andreas Laun; la autoridad de Bergoglio, ya en
plena decadencia, comienza a ser lentamente pisoteada.
Por
ello se dice en Anonimi della Croce: 1
La
fuente me dijo que Omissis 2
estaba furibundo. Montó sobre todas sus furias. Pues no soporta
ninguna oposición. Lo escucharon gritar:
– ¡Se
arrepentirán! ¡Se arrepentirán amargamente!”
Por
supuesto, a esta altura de las circunstancias, las rabietas
amenazadoras de Bergoglio comienzan a perder su efecto, peor aún,
comienzan a producir el efecto opuesto, ahora causan risas.
Según
Anonimi della Croce, la estrategia de Bergoglio será no
responder personalmente, tal como hace siempre, de allí el Omissis
como sobrenombre; por consiguiente dio carta blanca a sus
funcionarios de prensa oficiales e informales para comenzar una
campaña mediática difamatoria contra los cinco obispos. Hoy ya son
siete, mañana pueden ser más. El número cambia día a día. La pobre Gestapo estará saturada de trabajos en pro de la infamia.
Mientras
tanto esta misma Gestapo asumió el control total de la isla
vaticana, hoy más aislada que nunca: mail, teléfonos, espionaje,
cámaras ocultas en los despachos. No vuela una mosca, sin que el
gran Führer papal se entere. Esto es lo que se veía en los
regímenes comunistas de antaño, resucitados ahora de la mano del gran peronista Bergoglio. Y luego no quieren que hablemos de Revolución
Vaticana, en su etapa dogmática.
Los
regímenes totalitarios que destruyen la persona, han caído
estrepitosamente, pero como siempre, el pobre porteño, quien cree
vivir en la década del 70, viaja a contramano de la Historia.
Y para
que todo el mundo diga lo que el quieren que digan, el Vaticano armó
un App, así todo sacerdote descargará cada semana, las homilías que
a ellos se les ocurran, bien preparadas por los delegados
bergoglanos, imbuidos de su mentalidad herética.
Hoy
esta App es libre; pero en unos meses será "sugerido" usarla y dentro
de un año será obligatorio. Me pregunto, por qué las homilías que
escriben domingo tras domingo, el sacerdote las descargue y tan solo
las lea. De este modo el gran Bergoglio, llegará a ser el Sumo
Sacerdote de la Orbis sin mediación alguna, sin dubia
de ninguna clase, sin molestos intermediarios.
Tan
solo falta que la Gestapo del régimen bergogliano, controle quien
las baja y quien las evita, tarea esta para las ramificaciones de
esta Gestapo que debe crecer en la Orbis; cosa que veo más
improbable. Decía Lech Walesa que era imposible el retorno del
comunismo en Polonia, pues todo el mundo lleva un teléfono en el
bolsillo y controlarlo se hace imposible.
Pero
como siempre, el pobre porteño, quien cree vivir en la década del
70, viaja a contramano de la Historia.
Mientras
tanto algunos se preguntan como Mario Palmaro:
Qué
tiene aún que suceder en esta Iglesia para que los católicos se
alcen, de una buena vez, y se pongan de pie. Se pongan en pie y
comiencen a gritar desde sus techos toda su indignación. Atención:
me dirijo a los simples católicos. No a las asociaciones, a los
conventículos, a los movimientos, a las sectas que durante años han
estado tratando de administrar los cerebros de los fieles en nombre
de otros, dictando la línea a los adeptos. Lo cual me parece que
todos están bajo tutela como los minus habens, figuras heterólogas
de figuras más o menos carismáticas y más o menos confiables. No,
no: aquí apelo a la conciencia de los simples individuos, a sus
corazones, a su fe, a su virilidad. Antes de que sea demasiado
tarde.3
Palmaro
en su gran indignación olvida, que en la Iglesia no se actúa en
forma individual. La Iglesia no es liberal, es comunitaria. Vale su
apelación para despertar la conciencia dormida de muchos.
Se
pude decir que internet es la voz de la conciencia católica. Mírese
por donde se mire, sacando esas sectas que durante años han
estado tratando de administrar los cerebros de los fieles en nombre
de otros, dictando la línea a los adeptos, de las cuales nada se
puede esperar, excepto la modorra habitual de una mediocridad
galopante, la voz de los católicos llena todo este espacio contra
las aberraciones que la Revolución Vaticana pone en escena. Léase
lo que se lea, mírese lo que se mire; la jerarquía queda totalmente
eclipsada por falta de realismo dogmático, o simplemente por inercia
innata.
Vuelvo
a repetir lo dicho otras veces, esta jerarquía vendida a la
masonería, no podrá hacer lo que hizo en la décadas del 60 y 70.
El católico simple, tiene voz e internet lo demuestra.
¡Llegó la hora de gritar!
1
https://anonimidellacroceblog.wordpress.com/2018/01/03/spifferi-parte-lvi-la-quiete-prima-della-tempesta-cosa-sta-preparando-bergoglio-per-i-tre-vescovi-della-correzione-ufficiale-di-fra-cristoforo/
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