Calesita

El Gran Tartufo


Desde The Remnant,Jesse B. Russell, compara a Bergoglio con el Tartufo de Molière (1622-1673). Esta comedia francesa presenta un personaje cuya santidad es solo un ropaje exterior, siendo en realidad un impostor y estafador, que planea apoderarse de la fortuna de su dirigido espiritual, seduciendo incluso a su esposa.
No solo comparto las reflexiones de Jesse Russell, sino que me recuerdan esta escena de dicha obra teatral, a mi criterio como una parábola de la situación actual en que los católicos deben vivir:
***
ESCENA IV (Acto I)
ORGÓN, CLEANTE, DORINA
ORGÓN:
Buenos días, hermano.
CLEANTE:
Mucho celebro verte de vuelta. Ya me iba. ¿No está el campo, por cierto, en un estado muy risueño?...
ORGÓN:
Dorina... (A Clante.) Os ruego que esperéis, cuñado. Permitidme que, para salir de inquietudes, me informe de las noticias de la casa.
(A Dorina) ¿Han pasado bien estos dos días que he faltado? ¿Qué habéis hecho en mi casa? De salud, ¿bien o mal?
DORINA:
La señora anteayer, estuvo con fiebre hasta la noche y con un dolor de cabeza como nadie explicaría.
ORGÓN:
¿Y Tartufo?
DORINA:
¿Tartufo...? Pues, admirablemente; fresco, colorado, bien gordo y reluciente...
ORGÓN:
¡Santo varón!
DORINA:
Por la noche la señora no pudo probar un bocado en la cena. ¡Tanto le dolía la cabeza!
ORGÓN:
¿Y Tartufo?
DORINA:
Comió solo, delante de vuestra esposa, y engulló muy devotamente dos perdices y media pierna de guiso de carnero.
ORGÓN:
¡Santo varón!
DORINA:
Vuestra esposa pasó toda la noche sin poder cerrar los párpados. La fiebre le impedía dormir y tuvimos que velar junto a su cabecera hasta el alba.
ORGÓN:
¿Y Tartufo?
DORINA:
Tartufo, aprisionado por un sueño embriagador, pasó del comedor directamente al dormitorio, enseguida se metió en su cama bien caliente y durmió de un tirón hasta la mañana.
ORGÓN:
¡Santo varón!
DORINA:
Vuestra esposa, convencida al fin por nuestras razones, aceptó sufrir una sangría y sintió una rápida mejoría.
ORGÓN:
¿Y Tartufo?
DORINA:
Armándose de valor como conviene y fortificando su alma contra todo mal, reparó la sangre perdida por la señora enferma bebiendo en el desayuno cuatro copas grandes de vino.
ORGÓN:
¡Santo varón!
DORINA:
En resumen, os digo que los dos están muy bien de salud al presente. Me adelanto a anunciar a la señora, si me lo permitís, el interés profundo que por ella sentís.
***
Considero la escena como parábola de lo que sucede en estos momentos.
La Señora convaleciente, es la Iglesia, que debe sufrir una sangría de mártires, mientras Tartufo come muy alegre con judíos y protestantes.
Orgón, su esposo, son quienes en la Iglesia, están ciegos ante lo que sucede.
Tartufo es el “Santo Padre Francisco”.
La criada Dorina representa aquellos que ven la realidad, aquella que Orgón no ve en absoluto; pues todo su embeleso está puesta en Tartufo, un santurrón que ninguna santidad muestra, pues la escena lo muestra con una gula desenfrenada.
Orgón introdujo a Tartufo en su casa, así como esta jerarquía compuesta en gran parte por inútiles, introdujo a Bergoglio en la cabeza de la Iglesia, y viven pendientes de todo lo que hace, importándoseles un rábano los sufrimientos de esta Iglesia en la crisis que transita.
Quienes representan a Dorina, deben atender esta Iglesia descuidada y abandonada, y más aún, deben cubrir la atención médica que Orgón no realiza.
Molière es un agudo observador de las acciones humanas, y las reproduce en forma risueña, pero a la vez amarga y despiadada; pues la comedia, por la risa y el ridículo, busca la catarsis del género humano.

Orgón, Tartufo y Dorina, un triste espejo de nuestra dolorosa realidad.


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