Calesita

Gänswein destapó la olla




Mientras los insensatos, que no son pocos, viven dentro de este triunfalismo modernista, donde todo es progreso, avance arrollador, y destacan esta iglesia como la mejor de las iglesias en la historia; los sensatos miran atónitos dos Papas en el recinto mismo Vaticano. ¿Cómo se entiende este fenómeno? ¿Qué ha pasado para dar este salto, no solo contra la historia de la Iglesia, sino a contrapelo de la Tradición?
El secreto vaticano es quien impidía elaborar una teoría cierta, si bien se la intuía. Ahora ya no es intuición, Monseñor Gänswein explicitó el último razonamiento surgido del laboratorio ideológico de esta Revolución Vaticana, para aprobar estos “dos cónsules papales”. En algún momento alguien tenía que hablar, y Gänswein lo hizo.
¿PAPADO NUEVO O PAPADO VIEJO? – Que el Papado como institución divina, es un estorbo para los planes del infierno, no es novedad. ¿Pero cómo minarlo desde adentro para destruirlo? El modernismo da para todo, incluso para dos papas, de este modo aparece la nueva era papal, tal como sencillamente lo presenta Gänswein:
En una de las últimas conversaciones que el biógrafo del Papa, Peter Seewald, de Múnich (Baviera) pudo tener con Benedicto XVI, al despedirse le preguntó: “¿Usted es el fin de lo viejo y el inicio de lo nuevo?". La respuesta del Papa fue breve y segura: “Lo uno y lo otro”, respondió. 1
ROTURA DE LA TRADICIÓN PAPAL. – Con esta afirmación, se acepta con toda claridad que se ha roto la continuidad histórica de la Iglesia, se ha roto la Tradición del Papado, y esto afirmado por el “gran” Papa Teólogo, Benedicto XVI.
Decíamos con mucha sutileza ya el 12 de junio de 2011 que Ratzinger era un reformador. 2 Luego afirmamos que era un nostálgico del Vaticano II, quien el mismo expresó el abrazo emotivo que le dio Juan XXIII, pues sabía expresar teológicamente, el aggiornamento que él veía en forma intuitiva.
Indudablemente, de la encerrona que le hicieron a Benedicto XVI, los cardenales revolucionarios del grupo de San Gallo, no sabía como salir. Se daba perfectamente cuenta que reinaba, pero se veía imposibilitado de gobernar. Su Munus Petrinum, estaba ya minado, acorralado y maniatado por el nefasto Card. Bertone, figura clave en este golpe de Estado Vaticano. Tal como ingenuamente lo da a entender Gänswein al hablar de la renuncia de Benedicto XVI, quien declara abiertamente ante los cardenales el 11 de febrero de 2013:
...que sus fuerzas no eran las suficientes “para ejercitar de modo adecuado el ministerio petrino”. 3
CUANDO EL ESPÍRITU SANTO SE ALEJA. – Esta declaración deja entrever que el Espíritu Santo, no asiste con su Gracia de estado al papado en ejercicio, abandonándolo a su sola fuerza, la cual mengua, y no puede ejecutarse en modo adecuado.
No pienso juzgar a Benedicto XVI, tan solo debo limitarme a sus palabras, donde esta afirmación revela el pensamiento de estar librado a sus solas fuerzas. Más aún, hace pensar en una persona apocada y de esta timidez llegamos a lo contradictorio, tal como lo escribimos el 12 de junio de 2011 cuando analizábamos la hermenéutica del Vaticano II. 4
Como seglares: Los teólogos KARL RAHNER y JOSEPH RATZINGER
EL PAPADO SECULAR. – La afirmación de Gänswein, implica una rotura de la Tradición, pues entonces el papado no es una institución divina, sino humana: lo hemos secularizado, tal como lo afirmamos el 22 de febrero de 2013:
Acostumbraba definir al Vaticano II, el dimitente Benedicto XVI, como un Concilio que había efectuado una reforma dentro de la Tradición. Siguiendo su forma de pensar, podemos afirmar que su renuncia ha sido una reforma secularista dentro de las tradiciones.
La modernidad ha concebido el espíritu como una hipóstasis de la humanidad, idea esta que le proviene de la herencia del pensamiento de Hegel, por ello se ha hablado mucho del espíritu del Vaticano II, como de una hipóstasis que le es propia.
Si el espíritu del Vaticano II entre tantas cosas buscó secularizar lo sagrado, la dimisión de Benedicto XVI se enmarca en este mismo espíritu conciliar, el cual para los idealistas es una evolución incontenible. 5
Y es incontenible, como lo afirma Gänswein:
La renuncia trascendental del Papa teólogo ha representado un paso hacia adelante... 6
TEOLOGÍA DEL NUEVO PAPADO. – Con Benedicto XVI, todo fue posible, desde el Summorum Pontificorum, hasta la secularización del papado. Así llegamos a un papado novedoso, donde Benedicto XVI...
...introduce en la Iglesia católica la nueva institución del “Papa emérito”, declarando que sus fuerzas no eran las suficientes “para ejercitar de modo adecuado el ministerio petrino”. 7
¿Pero qué teoría se puso en marcha para este papado emérito, para esta reforma dentro de las tradiciones, para ir contra la Tradición ?
La palabra clave de aquella Declaración es “munus petrinum”, traducido como ocurre la mayoría de las veces - como “ministerio petrino”-. Sin embargo, munus, en latín, tiene una gran variedad de significados: puede querer decir servicio, encargo, guía o don, incluso prodigio. 8
LA DIVISIÓN DEL “MUNUS PETRINUM”. – La gran invención de esta obtusa modernidad, consiste en dividir el Munus Petrinum, así como se divide el agua del aceite. Estamos en la era del idealismo teutón, enfermedad contagiosa esta de Hegel, donde la mente crea la realidad; y si la mente crea la realidad, la teología crea el papado o la división del papado. Y de esta forzosa división sale la novedad. Así nuestro munus petrinum es como el tomate, que sirve para adosar a la lechuga, o para la salsa que se echa a los espaguetis, o para la pizza ya horneada; de allí que con el munus petrinum podemos hacer varias recetas, y nos explica Gänswein:
Antes y después de su dimisión, Benedicto ha entendido y entiende su tarea como la participación en tal “ministerio petrino”. Él ha dejado la cátedra pontificia y sin embargo, con el paso del 11 de febrero de 2013, no ha abandonado de hecho este ministerio. 9
Esta teoría dice que el munus es divisible, en cátedra por un lado, y ministerio por otro. La cátedra es unipersonal, el ministerio puede ser colectivo. Por lo tanto Benedicto XVI ha dejado la cátedra, pero no ha abandonado el ministerio, entonces alguien se preguntará: ¿y cómo lo ejerce? Y la respuesta es una sola: Contemplando.
Como estos revolucionarios consideran ya al papado, de acuerdo con esta teoría, como una institución secular, daré una comparación, tomada de mi experiencia con el siguiente diálogo:
Profesor.
Sr. Director, le presento mi renuncia. A partir de este momento dejo la cátedra para otro profesor; pero seguiré en mi oficio de profesor, por lo tanto debe girarme todos los meses el sueldo que estoy percibiendo.
Director.
¿Y cómo piensa ejercer el oficio de profesor si no tiene ya la cátedra?
Profesor.
Contemplando la asignatura.
Director.
Profesor, usted no renuncia, sino que me está solicitando una licencia.
Como se ve, Benedicto XVI dividió cátedra de ministerio; pero ocurre que la cátedra forma parte unipersonal e indivisible del ministerio. Ergo Benedicto XVI es un Papa que se ha tomado una licencia, o como dicen los modernistas, se tomó una prometedora jubilación.
DIVISIÓN Y MUERTE. – Que el munus puede dividirse, es un hecho, pues ya lo han hecho; también puede dividirse el espíritu del cuerpo, y con la división sobreviene la muerte. Estamos presenciando la muerte del papado.
LA IGLESIA HERMÉTICA. – Ha dejado la cátedra, pero no ha abandonado el munus... ¿Quién puede entender esta Iglesia hermética, oscura y futurista; donde el nudo gordiano nunca llega por la lógica a deshacerse? ¿Y cómo sigue esto Gänswein?
Él, en cambio, ha integrado el cargo personal en una dimensión colegial y sinodal, casi un ministerio en común, como si con esto quisiera confirmar una vez más la invitación contenida en aquel lema que el entonces Joseph Ratzinger escogió como arzobispo de Munich y Frisinga y que luego naturalmente mantuvo como Obispo de Roma: “cooperatores veritatis”, que significa concretamente “cooperador de la verdad”. De hecho no está en singular, sino en plural, traducido de la tercera carta de Juan, en la que en el versículo 8 está escrito:“Tenemos que acoger a estas personas para convertirnos en cooperadores de la verdad”. 10
Traduzco para los que no ven lo que ocultan las palabras: Ratzinger ha transformado un papado que no solo es unipersonal, sino que al mismo tiempo es colectivo.
El ministerio o munus, no es colegiado, ni sinodal, ni colectivo. El munus es indivisible, y aquí se ha dividido, lo cual es otra aberración más de este obtusa modernidad.
EL CHICLE DEL MINISTERIO – Y dice Gänswein:
Desde la elección de su sucesor, Francisco, el 13 de marzo de 2013, no hay por tanto dos papas, pero de hecho el ministerio se expandió - con un miembro activo y un miembro contemplativo-. Por esto, Benedicto XVI no ha renunciado ni a su nombre, ni a la sotana blanca. Por esto, el apelativo correcto para dirigirse a él es todavía hoy el de “Santidad”; y por esto, tampoco se ha retirado a un monasterio aislado, sino dentro del Vaticano - como si solo hubiese hecho un paso a un lado para dar espacio a su sucesor y a una nueva etapa en la historia del papado que él, con ese paso, ha enriquecido con el “eje” de su oración y de su compasión puesta en los jardines vaticanos. 11
¿Cuántos papas hay? No se sabe. Vemos dos papas en el Vaticano, dos tratamientos papales, dos vestidos del mismo modo; pero dice Gänswein y con él los sesudos teólogos revolucionarios del Vaticano, que hay uno solo. Como decía Parménides en los orígenes de la filosofía griega: Los sentidos nos engañan. Vemos, oímos, palpamos dos papas; pero cuidado, hay uno solo.
Supongamos que Francisco, mañana renuncia y da un paso al costado para que se elija su sucesor, a partir de allí tendremos dos papas eméritos, un papa en ejercicio, todo en un solo papado, donde el mundo observará atónito como se escribe esta farsa. Y esta posibilidad está abierta, a un sinnúmero de papas eméritos, pues el ministerio del munus ahora es expansible. Es como un chicle, se estira todo lo que se puede, para volverse a poner en la boca.
Y Gänswein reafirma todo lo que escribimos el 22 de febrero de 2013:
...no es sorprendente que para algunos haya sido percibido como un acto revolucionario, o por el contrario como absolutamente conforme al Evangelio; mientras otros todavía lo ven como el papado secularizado como nunca antes, y por lo tanto más colectivo y funcional o incluso simplemente más humano y menos sagrado. Y otros son de la opinión que Benedicto XVI, con este paso, - hablando en términos teológicos e histórico-críticos- casi ha desmitificado el papado. 12
CUANDO LA HISTORIA SE REPITE. – Como en los orígenes de la ciudad de Roma, el rey debió dar paso a dos cónsules que instauraron con el senado la era de la república aristocrática romana. Hoy como ayer, el Papa ha abandonado el Munus Petrinum de origen divino en manos de dos cónsules, instaurando la república hierática vaticana. Y todo esto en las barbas mismas de los inútiles leguleyos que se saben de memoria el Derecho Canónico, quienes como sordos, no oyen en la trastienda las carcajadas que les proporcionan los teólogos modernos.


1http://www.benedictogaenswein.com/vernoticia.php?Id=2731
2Cfr.: http://www.virgendelahumanidad.com.ar/Benedicto%20XVI%20su%20encrucijada.html
3http://www.benedictogaenswein.com/vernoticia.php?Id=2731
4http://www.virgendelahumanidad.com.ar/Benedicto%20XVI%20su%20encrucijada.html
5http://www.virgendelahumanidad.com.ar/2013/Sigamos_Secular.html
6http://www.benedictogaenswein.com/vernoticia.php?Id=2731
7Ibídem.
8Ibídem.
9Ibídem.
10Ibídem.
11Ibídem.
12Ibídem.

No hay comentarios:

Publicar un comentario