Calesita

Mientras la Barca va...

Eugène Delacroix, 1798-1863
Fin che la barca va lasciala andare,
Fin che la barca va tu non remare,
Fin che la barca va stai a guardare,...1
Mientras navega la Barca de la Iglesia, sin un papado auténtico, pues los hombres de esta iglesia, jubilaron a Pedro; mientras esta Barca va, los hechos se precipitan y develan una serie de cosas, que solo un ciego no podría observar.
El papado de Bergoglio, ha sido tildado por el periódico The Remnant, como el papado bananero. Lo que The Remnant observa, es lo que observamos todos: un cardenal de la “cívitas” (ciudad), que ostentaba en ella su poder caudillesco, dentro de una curiosa jerarquía eclesiástica, fue proclamado papa activo dentro del “orbis” de la “Urbs”, es decir, de la urbe romana, única en el mundo, la cual gobierna la catolicidad de todo el “orbis” (orbe).
La diferencia entre la cívitas y la Urbs en el latín clásico es enorme. Urbs, hay una sola, Roma; las cívitas o “civitates” son muchas, Buenos Aires es una de ellas.
La particularidad de Buenos Aires, es que aún se respira en sus calles ese aire unitario del siglo XIX, de allí que Bergoglio sea un Caudillo, pero un Caudillo “unitario”, de esos unitarios que pretendían dirigir la Argentina desde Buenos Aires, avasallando todas las autonomías provinciales. Bergoglio no está acostumbrado a que se le cuestione su autoridad, la cual es “unitaria”, en especial, que se le marquen los errores que comete a diario como cualquier hijo de Adán.
Bergoglio no es marxista, ni liberal, ni conservador; Bergoglio es un “unitario”, y como tal, llevó el oficio del poder “unitario” a la “Urbs”, Roma.
Evidentemente el “orbis” católico, no está acostumbrado al caudillismo “unitario”, de allí el calificativo de papado bananero, pues los yanquis o los mejicanos, muy poco saben de este laberinto de la mente porteña que es especial e intrincado.
L'État, c'est moi, decía Luis XIV; Bergoglio podría decir, el Sínodo soy yo, o la Iglesia soy yo: es el “unitarismo” porteño del siglo XIX que pensaba que la Argentina era Buenos Aires; como se ve, nada más acartonado y retrógrado.
Todo ese poder que Bergoglio cree que ostenta, es altamente débil e inestable, es lo que reveló la publicación del contenido de una simple carta de trece cardenales, cuestionando sus procedimientos “unitarios”, pues el “orbis”, no está acostumbrado a los tejes y manejes del unitarismo porteño.
La revelación de todo el contenido de dicha carta en el orbis, fue hecha por Sandro Magister, un acérrimo adversario que tontamente Bergoglio se creó de la nada, al retirarle la credencial de “vaticanista”. Típico procedimiento de la cívitas porteña y unitaria, quien pensó que con esto daba un escarmiento al resto; pero nuestro “unitario” pasó por alto, que Magister es uno de los vaticanistas más afamados en el “orbis” y desde hoy, fiero adversario de sus poderes “unitarios”; como diríamos los argentinos, un nuevo “federal”, que se alza contra las pretensiones del unitarismo porteño.
Una simple carta, erosionó todo el poder bergogliano, quien, según dicen las malas lenguas, sufrió una feroz rabieta al enterarse, y dicha rabieta, desembocó en una pequeña pataleta, que mereció cuidados médicos.
Nada más fútil en la Iglesia, que querer acumular poder personal. Solo existe un poder, Jesucristo, quien dirige su Iglesia, por medio de su único Papa, hoy tristemente jubilado por los hombres de esta lamentable Iglesia, quien como el Jesucristo de la pintura, duerme, esperando que algunos se den cuenta, que aquí, mis buenos jerarcas, hay una tormenta.
¡Todo lo que pudo hacer una simple carta! Sin embargo, las anécdotas son altamente reveladoras. En toda conspiración, siempre se dice:
¿Conspiración?, aquí no hay ninguna conspiración.
Este dicho es de uso reglamentario en todas las conspiraciones, como sucedió en este sínodo; dicho que forma parte del ritual, si bien se modificaron un poco los términos:
– “No caigan en teorías conspirativas.”
Nótese los términos: la realidad que trece cardenales observaron, o digamos más bien, la realidad que trece testigos y no tan solo dos como pide la Sagrada Escritura, afirman ver, es una mera teoría; mientras que por su parte las teorías de un puñado de idealistas son realidades.
La conspiración de San Gallo, no fue una teoría, sino una realidad afirmada y no negada; pero en este falso papado luciferino, las realidades son siempre teóricas, como corresponde a un idealista hegeliano. Estamos nuevamente en el Edén, donde el Dragón, presenta al Adán de hoy, una realidad, que es teórica, y una teoría que es real.
Por otra parte, los hechos han revelado que Bergoglio teme la Luz, a tal punto de sufrir una pataleta, si debemos creer en las malas lenguas. Como todo proceder luciferino se ampara en las tinieblas, pues cuanta más Luz se arroje sobre este papado y este Vaticano, tanto más al descubierto queda la acción improcedente y contraria a la doctrina católica. Bergoglio vive del ocultamiento, y un rayo de Luz lo pone histérico.
Es gracioso observar, como se maneja el periodismo en todo esto. Elisabetta Piqué, es una mujer que nada entiende de teología, y como toda buena mujer, hace lo que manda San Pablo en sus epístolas, se lo pregunta a su marido, el cual es Gerard O'Connell, el vaticanista y corresponsal desde Roma del “semanal de los jesuitas de la Gran Manzana, 'America', voz noble del catolicismo progresista americano en campo teológico, cultural y político” 2. O'Connell le explica a Elisabetta lo siguiente:
Fiel reflejo del clima de batalla que reina en el sínodo de obispos sobre la familia, donde unos temen cambios de doctrina y otros apuntan a soluciones de misericordia para los heridos,... 3
Interesante esta visión del Sínodo dentro de los progresistas: unos temen cambios de doctrina y otros solo buscan misericordia. Realmente, un análisis de alta profundidad, propio de un papado bananero, para un prestigioso periódico de una república bananera. ¿Desde cuándo la doctrina se enfrenta con la misericordia? ¿Desde cuándo la doctrina es adversaria de una acción coherente con ella? La doctrina forma parte de la Fe que la sustenta, y la misericordia es una procesión de dicha doctrina. Si se cambia la doctrina, ya no habrá misericordia. Con esto, la Piqué reveló lo poco que sabe sobre estas cuestiones. Con lo cual, todo entendido se da cuenta, que la supuesta misericordia de los hegelianos, es una manzana podrida ofrecida por el Dragón, que muchos cardenales no están dispuestos a morder, pues una vez que se le hinca el diente, se terminó la auténtica misericordia.
Y volvemos al ritornello de la balada de Orietta Berti:
Fin che la barca va lasciala andare,
Fin che la barca va tu non remare,
Fin che la barca va stai a guardare,...
Lo traducimos para los hispanos-parlantes:
Mientras la Barca va, déjala andar,
Mientras la Barca va, tú no remes,
Mientras la Barca va, quédate a mirar,...
Mientras navega la Barca de la Iglesia, sin un papado auténtico, pues los hombres de esta iglesia, jubilaron a Pedro, Jesucristo duerme en esta Barca, como en la pintura de Delacroix; duerme, esperando que algunos se den cuenta; pues aquí, mis buenos jerarcas, me parece que hay una tormenta.


1 Orietta Berti. Finchè La Barca Va
2 Tomado de Sandro Magister: http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/1351156?sp=y

3Elsabetta Piqué. La Nación, 13 de octubre de 2015. http://www.lanacion.com.ar/1835938-titulo

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