¡Hola Santiago!
Le escribo algo que pasó el domingo.
Vine de Mar del Plata y me invitaron a quedarme el fin de semana en
casa de mis anfitriones.
Decidimos a las 19 hs, aproximadamente
ir a misa. Fuimos a la iglesia que le dicen "el caracol",
en Quilmes.
Cuando voy a misa en Mar del Plata,
puedo a veces ver cosas que no me agradan tanto, pero lo que vimos en
esta iglesia, me sorprendió y no para bien precisamente.
Cuando llegamos estaban casi por
comenzar con la homilía, aunque llegamos más temprano de la hora
que nos habían dicho.
Lo que vimos me dolió tanto que salí
casi descompuesta, dolida, enojada. Toda la misa fue un griterío,
canciones, guitarra eléctrica y batería. Nos recordaba a las
celebraciones evangélicas. donde todos repiten una serie de
palabras, como libéranos, bendícenos, etc, etc. Aplausos después
de la homilía....
Lo peor fue en el momento de la
consagración, nadie se arrodilló, cantaban, aplaudían, como si
estuvieran en una fiesta de cumpleaños familiar.
El sacerdote no dio la comunión,
permaneció sentado. Había un diácono y un señor que supongo que
sería una especie de ministro de la eucaristía.
Como no sabia bien quien era el
sacerdote y lo vi tomando el cáliz pensé que iba a dar él la
comunión, cosa que no pasó. Me vi casi enfrente de este señor y
dudé en comulgar, alguien me apuró y aunque después me arrepentí,
comulgué pidiendo perdón a Dios por hacerlo. Daba la comunión
riéndose, pasando de un lado a otro, era un caos. Pero al estar
frente a Jesús me pareció irreverente darme vuelta y no comulgar.
¿Hice mal? Cuando volvimos, yo estaba desencajada, y arrepentida de
haber ido. ¿Se imagina eso?, siempre vuelvo feliz de misa, de
recibir a Jesús. Creo que por algo debíamos pasar por esa
experiencia.
Durante esta misa, recordaba varios de
sus artículos, referidos a este tema. Le aseguro que de haber sabido
que estas son las misas que dan normalmente al menos en Quilmes, no
hubiera ido. Y cuando se lo comenté a una amiga, me dijo que ella no
podía decirme que no fuera...
Supongo que esto que pasa es parte del
"hagan lío", después de comulgar no pude esperar y nos
retiramos. Después de la misa hacían adoración al Santísimo, y
temí lo que pudieran hacer ahí. No quise ser testigo de más
barbaridades, ...¿se imagina lo que harán?
¿Esto nos espera Santiago? Espero que
las misas no se conviertan en esto porque es patético y doloroso.
Gracias por su tiempo.
A... S...
PD: Algunas canciones las conocía,
pera eran versiones que parecían de una bailanta, con coreografías
y todo.
***
Estimada A. S.:
¡Bienvenida al rito ordinario y
mutante! Decía la Sacrosanctum Concilium del Vaticano II,
que la Liturgia debía mutar (Art. 21); luego dijeron los maestros
liturgos que debía inculturarse; y ud. acaba de ver un fruto maduro
del cambio y de la inculturación.
Por supuesto, seamos realistas, no en
todas partes muta del mismo modo. Por ejemplo, mientras en Europa se
islamiza aquí se paganiza. Lo que ud. narra es un ejemplo vivo de lo
que llamamos, la piedad coribante.
Todo muta, dicen los filósofos ateos, y
la liturgia debe mutar dicen los neomodernos. Como permanecemos
fieles a la Fe de los apóstoles, decimos que la oración no muta,
porque Dios no muta.
DE SACRIFICIO A COMIDA. – La
Misa para la generación anterior al nefasto Vaticano II, era un
sacrificio. El sacrificio para el Antiguo Testamento, se consumaba
con sangre inmolando la víctima; de dicha víctima se tomaba la
carne para comer en la comunión. Homero, poeta pagano, hacia el fin
del Libro o Canto I de la Ilíada, describe muy bien un sacrificio antiguo
que termina en la comida de todos los que participaron de él. Por
ello, en la Misa se inmola a Jesucristo, de esta víctima comemos su
carne.
DE COMIDA A FESTICHOLA. – Para
la generación posterior al nefasto Vaticano II, la Misa pasó a ser
una comida, lo cual no tiene sentido si no existe una víctima
inmolada.
Y como todo muta, y debe variar
según el Vaticano II, esta comida mutó en festichola,
como ud. comprobó, la cual se parecía a un cumpleaños.
DESTINO DE LOS MUTANTES. – La
parada final de estos mutantes, es la iglesia vacía; pues de la
paganización o abominación, viene la desolación, es decir, la
iglesia vacía, tal como se comprueba en Europa donde las iglesias
pasan a ser mezquitas. Hoy es una festichola, cuando no se pueda dar
esta fachada de bullicio, nadie pisará la iglesia.
HUEVO EN ESTADO DE INCUBACIÓN. –
Donde ud. asiste, no llegó aún esta etapa de la misa
festichola, pero ya ve cosas que no le gustan. Sucede que los
sacerdotes de mi generación aprendieron el recogimiento y
practicaron el decoro; pero cuando estos mueran, vienen los novatos,
pésimamente preparados, sin decoro de ninguna especie, y hacen lo
que comprobó. En este tren evolutivo, la misa festichola, es
la parada local del Rito Ordinario. Y esto es inevitable, pues la
Misa, aún decorosa, es un huevo en estado de incubación, que lleva
implícitos todos los principios de la mutación. Un día se romperá
el cascarón y ud. verá nacer este hermoso cocodrilo.
Todo esto nos lleva hacia algunas
reflexiones, y supongo que los lectores harán las suyas.
1. Misa para protestantes. La Misa
del Rito Ordinario se hizo para que los protestantes asistan a ella.
Algo que ud. pudo comprobar en esta misa a la festichola. Aún
las decorosas, están protestantizadas, el hecho de comulgar con las
manos, es la señal más clara y patente de lo que digo.
2. Misas impías. Me dice ud. que
aplaudían en la consagración. Para los católicos, la consagración
indica elevar a Jesucristo en el sacrificio de la cruz. ¿Cómo se
puede aplaudir aquí? Ni los saduceos y fariseos que crucificaron a
Jesucristo aplaudieron en su muerte. ¿Se necesita algún otro
ejemplo de tamaña impiedad?
3. Misas panteístas. Como ud.
comprobó no se sabe quien es quien. El sacerdote se confunde con el
diácono, y el diácono con el laico, la mujer viste como el varón.
En esto consiste el panteísmo, todos somos absolutamente iguales sin
sexo ni jerarquías, pues todos somos una parte del dios panteísta
que formamos.
4. El hombre moderno siente horror
ante el silencio. Se vive en el ruido, se busca tener ocupados
los oídos de alguna manera. Estas misas hacen los mismo, son un
bullicio total. Así se contraría la escritura (Cfr. 1 Reyes 19,
11-13), afirmando con hechos que el Espíritu Santo actúa en el
griterío generalizado. Sin más, este es el bullicio caótico que
reina en el infierno.
5. El viejo precepto ha caducado en
estos casos. Dicen los moralistas que dan la Misa gregoriana, el
bastión de occidente, que la Misa del Rito Ordinario, posee tantas
desviaciones, que el viejo precepto que decía, asistir a Misa
todos los domingos y fiestas de guardar, no es válido para este
rito. Comparto plenamente esta opinión y estos casos nos dan toda la
razón.
5. No avalar estas misas. Comulgar
en estos casos, es avalar lo que sucede, pues se comulga indicando la
común unión con los presentes. ¿Cómo podemos avalar este
cocodrilo? Con esto no la responsabilizo por haberlo hecho, todo esto
la ha sorprendido, como una vez me sorprendió a mí. ¿Por qué cree
usted que no comulgo más en una iglesia de Quilmes? Estos mutantes
deben ser condenados a la desolación.
6. El éxodo silencioso. Donde
asisto a Misa, la Misa de occidente, aquella que se recita en latín,
veo llegar gente de Quilmes, y este último domingo uno de ellos me
confesó:
– Aquellos me han defraudado
totalmente.
7. Las desviaciones existen y
existieron. Ya las denunciaba San Pablo:
Y cuando os reunís no es para comer
la cena del Señor, … (1 Cor. 11,20)
8. Estas desviaciones traen enfermedad
y muerte, no solo para el alma, sino también para el cuerpo:
Quien lo come y bebe indignamente, se
traga y bebe su propia condenación, no habiendo el debido
discernimiento del cuerpo del Señor. De aquí es que hay entre
vosotros muchos enfermos y sin fuerzas, y muchos que mueren. (1
Cor. 11,29 y 30)
9. Una diócesis sin autoridad
litúrgica: El actual obispo de Quilmes, un bergogliano
declarado, si alguna vez tuvo algo de autoridad, en liturgia no le
queda ninguna, porque hechos de esta naturaleza se la han quitado. La
autoridad debe garantizar un mínimo de orden y de cordura, ser
defensor de la doctrina y la piedad que recibimos de los apóstoles,
cosa que como comprobamos, no existe.
10. ¿Existe aún la cordura
sacerdotal? Si en esta diócesis existe algún sacerdote que sea
cuerdo, debería oponerse a esta misa festichola.
***
Esto hace que nos replanteemos ciertas
cosas.
1. Esto debe cambiar. Aquí
aplicamos el Vaticano II, la Misa del Rito Ordinario debe cambiar y
engendrar la Misa del Rito Gregoriano latino que ha despreciado y
arrojado al canasto de los desechos.
2. Para ello es preciso comenzar el
cambio en nosotros mismos. Comenzar a cuestionar lo que estos
mutantes nos quieren imponer. La protestantización de la misa, debe
ser denunciada en nosotros y en quienes conocemos. Todo comienza
cuando nos damos cuenta que estas misas del Rito Ordinario son el
huevo del cual un día nacerá este hermoso cocodrilo.
3. Del cuestionamiento, es necesario
aprender un poco más, e ir pensando en una lenta retirada
estratégica de este Rito Ordinario hacia el Rito Gregoriano. La Misa
del Rito Ordinario finaliza con la iglesia vacía, vaya pensado en
este caso donde irá; pues el Padre no envía sacerdotes donde se
maltrata a su Hijo: esto en parte explica la carencia de vocaciones.
4. Apoyar los verdaderos sacerdotes.
Esto hace que se averigüe donde se dan misas gregorianas, y apoyar a
estos sacerdotes. Nuestra Señora no abandona a quien quiere unirse a
su Hijo con una oración auténtica. Cuando me sucedió a mí, le
pedí que me cambiara de rito, estaba dispuesto a aprender hasta el
árabe; por gracia de Dios, aún existe la misa latina.
Y finalizo por donde empezó ud.
La arquitectura de esta iglesia es “un caracol”; pues todo gira
sobre una columna, es decir sobre un eje. Esta es la iglesia que gira
sobre sí misma, y quien la denunció es Bergoglio, escribiendo de
puño y letra que es una iglesia mundana. Realmente lo que sucede
dentro de este “caracol”, es evidentemente mundano, solo un ciego
no logra verlo.
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